LOS CICLONES Y EL BLOQUEO CONTRA CUBA, por Manuel E. Yepe

[Pedro Martínez Pírez <pmpirez@rhc.cu>]

 

 

LOS CICLONES Y EL BLOQUEO CONTRA CUBA

 

Por Manuel E. Yepe *

 

Hace algún tiempo, un amigo estadounidense de visita en Cuba sostenía que Fidel Castro debía estar agradecido al gobierno de su país por el bloqueo que ha mantenido contra la revolución cubana a lo largo de los últimos 45 años.

 

Según el criterio de mi amigo norteamericano, a los cubanos nos podría resultar sumamente difícil mantener la unidad de acción que hemos alcanzado para el logro de nuestros grandes avances sociales, culturales, educativos, científicos y económicos, cuando no exista la feroz hostilidad contra la isla de su poderoso vecino.

Por ello, especulaba él, el gobierno de Cuba podría no haber hecho ni estar haciendo todo lo posible por lograr que Estados Unidos suspenda el bloqueo económico y normalice sus relaciones.

 

Argumenté en contra de tal especulación de mi amigo la sostenida posición pública del gobierno cubano contra el   bloqueo, la promoción que ha venido haciendo desde hace muchos años de acuerdos internacionales de condena a éste y su permanente disposición de negociar sobre bases equitativas y justas todas las disputas con el gobierno norteamericano.

 

Es incuestionable –reconocí- que la posición de las diez administraciones que en Estados Unidos han sido responsables de la existencia del bloqueo y la política de amenazas y agresiones abiertas o encubiertas, sirve al interés político unitario y al objetivo de mantener el entusiasmo popular que caracteriza al proceso revolucionario cubano.

 

Pero ocurre como con los ciclones- argumenté-, que aportan importantes beneficios mediante las lluvias torrenciales que enriquecen el manto freático, llenan de agua los embalses y hasta renuevan los bosques derribando viejos árboles, pero sus secuelas perjudican en un grado tan superlativo a la población, que nadie desea ver al país sometido a los daños que ocasionan los vientos, las lluvias, las mareas y las olas del mar en aras de tales efectos presuntamente provechosos. 

 

Cuba es azotada frecuentemente por los poderosísimos huracanes que caracterizan a la región geográfica donde esta ubicada. A veces lo hacen con muy poco tiempo entre uno y otro para permitir una recuperación efectiva, pero, cada vez que esto ocurre, recuerdo este intercambio de ideas con mi amigo estadounidense.

 

Me siento orgulloso de pertenecer a un pueblo que ofrece demostraciones tan extraordinarias de unidad, solidaridad, disciplina y creatividad al enfrentar estos fenómenos naturales con evitación de víctimas fatales y mínimos efectos materiales e intangibles en comparación con otros países que aún no han alcanzado similar organización social basada en la solidaridad y una acertada dirección política..

 

No puedo evitar la comparación de esta actuación de los cubanos con la que manifiesta este pueblo, cada vez con mayor madurez y organización social, en el enfrentamiento a los efectos del bloqueo y la hostilidad que hace más de 45 años practican los gobiernos de los Estados Unidos contra Cuba.

 

Los ciclones traen aguas para las siembras y las represas; el bloqueo contribuye a la firmeza de la concertación de los cubanos para la defensa de la nación. Pero cuando se considera la magnitud de los perjuicios materiales, los sufrimientos y los flagelos que derivan de los ciclones y del bloqueo, cualquiera comprende por qué son tan indeseables.

 

Ojalá la ciencia meteorológica alcance algún día la capacidad de disolver o desviar los huracanes a lugares no habitados. Ya los científicos encontrarán la forma de obtener por otros medios el agua que ellos aportan.

 

Ojalá, así mismo, que la sensatez conduzca al gobierno de los Estados Unidos – a este o al que debutará en 2008, o al subsiguiente- a suspender el bloqueo que ha venido ejerciendo contra Cuba desde hace casi medio siglo. Los cubanos sabremos encontrar, en la ejecución y defensa del proyecto revolucionario que desarrollamos, razones para mantener y fortalecer nuestra unidad.

 

*Manuel E. Yepe Menéndez es abogado, economista y politólogo. Se desempeña como Profesor en el Instituto Superior de Relaciones Internacionales de La Habana .

 

Julio de 2007.