SALUDOS

[Freddy Balzán <freddyb1506@cantv.net>]

Estimado amigo Dr.Oscar Loynáz:

 

Aún cuando no estoy seguro que usted sea la misma persona que conocí cuando era niño y estaba en primaria con mi hermano John,hace más  de 50 años en el colegio San Ignacio de Loyola, en la esquina de Jesuítas, me dirijo a usted respetuosamente para saludarlo y al mismo tiempo felicitarlo por la excelente atención que dispensa la mayoría del personal del Urológico a todos los pacientes o visitantes a ese prestigioso centro médico existente en Caracas. Lamentablemente, también debo hacer de su conocimiento un episodio bochornoso que sufrí en carne propia en el estacionamiento interno ayer al mediodía, luego que retiré en el IRM, una resonancia magnética de rodilla, por una posible lesión de menisco que me limita el movimiento de esa pierna. El hecho concreto ocurrió a la hora de retirar mi vehículo Toyota Corolla, azul y el empleado que me atendió que ignoro su nombre pero es de color blanco, lejos de buscar mi vehículo debido al enorme congestionamiento, me dijo que lo sacara yo mismo y que la llave estaba arriba de la rueda trasera derecha. A mi me pareció extraño tal proceder,porque independientemente de que yo sepa manejar, existía el riesgo de golpear otro vehículo o provocar un accidente injustificado por lo estrecho del lugar para maniobrar. Debo informarle que en ese momento sentí temor y le pedí al citado empleado que me hiciera el favor de sacarlo el a lo cual me ofendió groseramente en voz alta diciendome delante de varias personas que el problema era que yo no sabía manejar. Yo me sentía mal y le respondí que era un paciente que merecía respeto y no tenía porque estar moviendo mi vehículo, porque ese era un servicio que yo le acababa de cancelar, pero el siguió afirmando en voz alta que el problema era que yo no sabía manejar, que si yo no sabía manejar porque lo había estacionado allí, que yo tenía que aprender a manejar, etc etc. Total, no me quiso mover mi carro y el otro empleado de color me hizo el favor de enderezarlo para sacarlo del lugar. En verdad, me sentía muy ofendido.

Doctor Loynáz, creame que no hubiera querido enviarle este correo, porque usted debe tener muchos problemas que atender para ocuparse de un asunto tan desagradable como este, pero pensando que muchas cosas que nos provocan desagrado pueden  producir otros problemas cuando llegan a otros extremos, Lo hago porque creo que es mi obligación hacerlo, para tratar de evitar que mañana o pasado signifique un problema peor o una pesadilla para la clínica, o para usted, que la dirige dignamente. Muchas gracias por su atención.

 

Freddy Balzán M.