La experiencia de Hong Kong, por Lisandro Otero

[Pedro Martínez Pírez <pmpirez@rhc.cu>]

 

 

Un país, dos sistemas

LA EXPERIENCIA DE HONG KONG

Lisandro Otero

 

El pasado 1º de julio se cumplieron diez años de la integración de la colonia británica de Hong Kong al territorio soberano de China. Aquél fue otro de los experimentos insólitos alentados por Deng Xiao-ping en la economía: la inserción de un sistema capitalista, de economía de mercado  altamente sofisticada  dentro de un régimen socialista, de economía con planificación central y  propiedad del Estado sobre los medios de producción. 

La incógnita que se abría era ¿se convertiría Hong Kong  en territorio autónomo con un  sistema pluricentrista, vitrina del liberalismo mercadista  o sería una provincia dependiente? Esa coyuntura coincidía con la  desaparición de Den Xiao-ping, autor del llamado socialismo de mercado, quien acuñó la conocida fórmula: no importa que los gatos sean negros o blancos,  lo importante es que cacen ratones.  Deng repitió el consejo de Guizot a los franceses: "¡Enrichissez-vous!"  Al experimento de Hong Kong le llamó “un país, dos sistemas”.

¿Cuál era, exactamente, la importancia de Hong Kong?  En Hong Kong se ha desarrollado la octava economía comercial del mundo. Su Bolsa de Valores es la segunda de Asia por el volumen de sus operaciones. Más de 700 compañías extranjeras tienen representaciones  y 85, de los cien bancos más importantes del mundo, mantienen sucursales allí.

Su puerto de contenedores es el mayor de nuestro planeta y su aeropuerto es el quinto del orbe,  considerando el volumen de carga transportada y el número de pasajeros. El 45% del comercio exterior de China se realiza a través de este puerto. Su economía se ha cuadruplicado en los últimos veinte años y el ingreso per cápita, de sus siete millones de habitantes lo sitúa por encima de los de Gran Bretaña, Canadá y Australia. Más de mil empresas estadounidenses tienen doce mil millones de dólares invertidos, negocios que dan empleo a un cuarto de millón de trabajadores. Hong Kong es, en síntesis, el bazar más grande del mundo.

Gran Bretaña se apoderó de Hong Kong en 1842 y por el Tratado de Nanking declaró su soberanía a perpetuidad sobre aquel territorio.  Pero el convenio fue renegociado en 1898 como un arriendo por 99 años. En 1982 Margaret Thatcher, entonces Primer Ministro, cedió a las presiones del gobierno en Pekín.  Firmó un acuerdo con Zao Ziyang, en 1984, para entregar la colonia en 1997. Después de ese entendimiento muchos residentes de Hong Kong comenzaron a emigrar, extrajeron sus capitales del enclave, vendieron su patrimonio o lo trasladaron a  otros países.

 Hong Kong  fue organizado por el imperio británico como un "colonialismo consultivo". Es decir, existía un parlamento designado, no electo. Lo integraban notables de la colonia, distinguidos comerciantes, figuras políticas. Los gobernadores de Hong Kong eran nombrados por el gobierno británico sin tener en cuenta la opinión de los hongkoneses. No fue hasta que Christopher Patten ocupó esa posición que se creó una asamblea  electiva. Algunos creen que Gran Bretaña gobernó autoritariamente su colonia, sin un viso de libertades, durante siglo y medio y realizó reformas  de última hora, para crear un obstáculo al sistema chino.

A fines de 1996 Tung Chee-hwa fue designado Jefe Ejecutivo de Hong Kong y comenzó a gobernar tras el traspaso. Tung es un magnate naviero que pertenece a una familia que huyó de China tras la toma del poder por los comunistas en 1949 y es actualmente uno de los más importantes hombres de negocios de Hong Kong. Siempre ha mantenido importantes vínculos con Pekín

El artículo 23 de la Ley Básica que entró en vigor  en el momento de la cesión se refiere a la subversión, sedición, secesión, traición y robo de secretos de Estado y convierte en figuras ilegal cualquier punto de vista favorable a la independencia de Taiwan, Tibet, Hong Kong mismo, o cualquier otra parte de China.

Los habitantes de Hong Kong no pueden usar ya   pasaportes británicos. Una de las razones por las cuales los chinos han respetado el status de Hong Kong es que, de no hacerlo así, Taiwan rehusará seguir el mismo camino. Y esa es la única vía abierta para la recuperación de la importante isla de Formosa y sus fabulosas riquezas industriales.

Los chinos llamaron a Hong Kong, a partir de julio, "Región Administrativa Especial". El tratado de transferencia de soberanía  sostiene que China debe  respetar el status social y económico actual hasta el año 2047. El régimen de Pekín solamente intervendría en los asuntos de relaciones exteriores y defensa,  pero los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial mantendrían su autonomía.

Margaret Thatcher confesó en una entrevista  que cuando mantuvo conversaciones con Deng Xiao-ping, para el traspaso de Hong Kong, el líder chino le dijo que si Gran Bretaña no cedía la colonia los chinos tenían suficiente paciencia para bloquear el enclave y asimilarlo cuando estuviese económicamente exhausto. La Thatcher  también dijo que, en un momento difícil de las conversaciones, Deng afirmó que sus tanques podían llegar con facilidad hasta la isla si fuere necesario. Una muestra de cuán difíciles deben haber sido aquellos diálogos que culminaron con la cesión del gobierno de Londres. Lo cierto es que el traspaso de Hong Kong se hizo contra la voluntad de la dirección británica. No les quedó otra alternativa. Nadie entrega una joya tan preciada a plena voluntad.

gotli2002@yahoo.com

 

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