LA VISPERA, comentario de Jorge Gómez Barata

[Pedro Martínez Pírez <pmpirez@rhc.cu>]

Title: IRAN BAJO ATAQUE: LA VISPERA

IRAN: LA VISPERA

 

                                                                   Jorge Gómez Barata

 

Los romanos llamaban víspera a las últimas horas de la tarde y la Iglesia Católica la incluyó como parte de los “oficios divinos”, que vinculan  determinados ritos a ciertas horas del día: vigilia, maitines, laudes y víspera son algunos de esos momentos. La víspera se asocia a la paz del recogimiento, al descanso y al nuevo día.

Nunca me había parecido tan inminente la posibilidad de un ataque norteamericano a Irán como ahora. No se trata de que haya más razones sino de que hay menos cordura. Bush no necesita nuevas estrategias sino lecciones de humildad. Tal como se temía, el triunfo Demócrata ha resultado ser otra oportunidad perdida.

Una agresión norteamericana a Irán no será un suceso local, sino un acontecimiento de dramáticas repercusiones y dolorosas consecuencias para muchos países y muchas generaciones. La paz se alejará, además del Medio Oriente, de los Estados Unidos.

Nadie pudiera pretender que ante una agresión militar, Irán y sus amigos que son pocos y sus aliados que son menos soportará, resignadamente la embestida sin responder, como suelen decir los halcones norteamericanos cuando amenazan: “Con todas las opciones abiertas.” 

Un ataque estadounidense desatará las manos de Irán que, si bien carece de medios militares para alcanzar el territorio norteamericano, tiene a 150 000 de ellos en Irak, en la proximidad de sus fronteras, vulnerables y a tiro de escopeta.

Si ahora las tropas de ocupación norteamericana en Irak son golpeadas por una resistencia clandestina y mal armada, no es difícil calcular lo que ocurrirá cuando el Estado persa quede liberado de toda contención y, en lugar de a combatientes aislados, los norteamericanos enfrenten formaciones militares dotadas de aviación, artillería y blindados.  Atacar a Irán es legitimar el refuerzo militar de la resistencia. Las fronteras de Irak son cinco, todas hostiles a los Estados Unidos.

Mientras hay todavía oportunidad, debiera considerarse el catastrófico y duradero impacto que la campaña de Irán tendrá para la paz, en una región donde los equilibrios geopolíticos son delicados hasta la precariedad. En una guerra generalizada habrá de todo: reivindicaciones, ajustes de cuentas, venganzas y agresiones. Ningún país incluyendo a Egipto, Arabia Saudita, Jordania y otros quedará al margen de las apetencias geopolíticas de Israel, mas ninguno está indefenso.

A los componentes políticos, militares y de seguridad colectiva debieran sumarse los originados por el caos económico, que significará el cese de los suministros de petróleo desde el Medio Oriente a Estados Unidos, Europa, China, Japón y otros mercados. ¿Podrá la economía global sobrevivir al colapso con el barril de petróleo a 500 dólares?

A esos escenarios se suma el impacto ecológico que significarían cientos de pozos de petróleo ardiendo y los derrames originados por el hundimiento de supertanqueros para cerrar los estrechos de Ormuz y Adén, impedir el transito por el Mar Rojo y el acceso al canal de Suez. Tal vez no haya que esperar a las apocalípticas predicciones de Al Gore y la catástrofe llegue no por el calentamiento global, sino por las calenturas de Bush.      

En la miríada de guerras ocurridas desde el principio de los tiempos, no existe un solo precedente de que la seguridad internacional y la paz hayan sido alcanzadas mediante el avasallamiento de una Nación por un agresor extranjero. Los pueblos del Oriente Medio vieron pasar y sobrevivieron a todas las potencias e imperios coloniales de Oriente, Occidente y Asia Menor.

Cuando de Bush no quede ni el recuerdo, los pueblos del Levante seguirán  existiendo y, si el destino se los impone, luchando.

La víspera es el momento idóneo para la reflexión madura y ponderada, el antídoto más eficaz para los delirios bélicos, el momento en que puede nacer la fuerza capaz de evitar la catástrofe. Hay que actuar ahora; después no. Después habrá llegado el “Día D” y sólo habrá hechos consumados, ruinas y dolor y, sobre todo, nuevos rencores y nuevas razones para la guerra.  

Los sectores más realistas del Congreso y la sociedad norteamericana, la ONU, la Unión Europea, Rusia, China y Japón, el Movimiento de Países no Alineados, la opinión pública mundial, el Papa y el gobierno iraní, tienen la palabra. La víspera es la última oportunidad de hoy y la primera de mañana.