Rv: Vale la pena leerlo

[Roberto Todd <toddrober2000@yahoo.com>]

Juan Vicente Gómez Gómez <jvgfotografo@gmail.com> escribió:

Fecha: Mon, 15 Jan 2007 18:12:16 -0400
De: "Juan Vicente Gómez Gómez" <jvgfotografo@gmail.com>
Asunto: Vale la pena leerlo

Acoto, para los que no son de aquí.

Luis Fuenmayor Toro fue Rector de la Universidad Central de Venezuela y posteriormente, con este Gobierno, Director de la Oficina de Planificación del Sector Universitario (OPSU).
J V doble G

El cristianismo y el socialismo del siglo XXI

Luis Fuenmayor Toro

Nunca me he sentido representado por el ideal cristiano, mucho menos por el católico, que llama a sacrificarnos en esta vida para tener la posibilidad de ser felices eternamente en la otra. Nunca he creído que poner la otra mejilla luego de recibir una cachetada resuelva algo, pues las contradicciones terrenales tienen formas más eficientes de resolverse. Tampoco acostumbro a resignarme con el "menos mal" ni el "gracias a Dios", como respuestas ante la ocurrencia de contingencias dañinas a individuos o grupos. No entiendo la situación de un Dios que decide pero a la vez da libre albedrío, que castiga con la muerte o con mutilaciones corporales; un Dios magnánimo que permite las miserias humanas, entre ellas la explotación de unos hombres por otros.

Pero menos acepto la hipocresía de quienes fungen de sus representantes en la Tierra. Si Jesús existió, se trató de un gran líder emancipador y justiciero, quien luego fue deidificado y aprovechado durante milenios por los sectores poderosos, a través de todas las iglesias, para mantener su dominio y evitar la insurrección de todos los subyugados, mediante la creación y mantenimiento de una esperanza de redención en los mismos; esperanza que nunca deja de ser esperanza. En el curso de la historia   humana, adicionalmente, en nombre de Dios se han perpetrado los más horrendos crímenes y se han consolidado las más atroces tiranías. Basta con recordar las dictaduras de Francisco Franco en España, Augusto Pinochet en Chile y tantas otras en América Latina, todas respaldadas por la jerarquía católica mundial, lo que demuestra la absoluta veracidad de nuestras afirmaciones.

Ningún lugar ni período histórico ha sido más propicio y más rico en experiencias de participación conjunta de marxistas, cristianos, nacionalistas revolucionarios y otros, que la Nicaragua post-somocista. Este proceso se inicia tras la derrota militar del ejército del dictador Anastasio Somoza, luego de años de lucha armada guerrillera del Frente Sandinista de Liberación. Implacables en el combate, se decían, pero generosos en la victoria, y así eran. Religiosos prominentes, con prestigio más allá de las fronteras nicaragüenses, formaron parte del gobierno revolucionario, con cargos de ministros y un liderazgo nacional y popular importante.

Allá, sin embargo y pese a todos los esfuerzos, la jerarquía católica conspiró prácticamente desde el principio contra el gobierno sandinista, poniéndose al lado de la peor canalla nacional y de los intereses del imperialismo estadounidense. Éste intervino tanto en acciones bélicas directas como el bloqueo de los puertos a través del minado de sus aguas, como financiando, entrenando y organizando a un ejército de mercenarios, que actuaba desde la frontera con Honduras. En absoluto le importó a los dirigentes católicos, la muerte de miles de jóvenes nicaragüenses a manos de "Los contra", como llamaba el pueblo a las fuerzas paramilitares mercenarias. Sus actividades condujeron a la derrota electoral de Daniel Ortega, pues no se pudo desactivar el servicio militar obligatorio, que al cobrar muchas vidas juveniles, con el consecuente dolor de padres y familiares afectados, condujo a producir terror en la familia nicaragüense ante la posibilidad de ver afectados a sus integrantes jóvenes .

En Venezuela, la actitud de la Iglesia ha sido la misma. Al lado de los peores intereses individualistas, aliados de los ricos en dinero aunque muy pobres en espíritu, seguidores del imperio norteamericano, defensores de las mentiras y calumnias de las televisoras golpistas, de respaldo al sabotaje petrolero, a la guarimba, al paro y al golpe de Carmona, en el que tuvieron una función estelar. Más adelante, envueltos descaradamente en el revocatorio, siempre utilizando la fe religiosa para tratar de manipular a amplios sectores de la población.

Al no comulgar con el cristianismo no me siento solidario de la participación de sus valores dentro del socialismo del siglo XXI. Esto no tiene nada que ver con la participación de cristianos y otros creyentes en el proceso revolucionario, lo cual respeto y es más que deseable. Tampoco es un rechazo de valores humanos universales presentes en el cristianismo y en todas las religiones. La religión hay que dejarla como algo muy personal e íntimo de la gente creyente, a quienes se les inculca cuando todavía no tienen capacidad plena de pensar y razonar independientemente. Se respeta sus creencias y se les permite el desarrollo de su práctica. Ese mismo respeto se le debe a quienes no somos creyentes.  

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Juan Vicente Gómez Gómez
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