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Wikileaks: Venezuelan ambassador Freddy Balzan emails 2005-2008

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  • To: "malcon A.T.E." <ateptm14@yahoo.com.ar>
  • Subject: Rv: Fw: Declaración del Dip. Claudio Lozano en la Sesión por la impuganción del diploma de Luis Patti
  • From: carlos loza <elplumerillo@yahoo.com.ar>
  • Date: Fri, 26 May 2006 09:29:55 -0300 (ART)
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  • To: <clozano@diputados.gov.ar>
  • Subject: Fw: Declaración del Dip. Claudio Lozano en la Sesión por la impuganción del diploma de Luis Patti
  • Date: Wed, 24 May 2006 20:49:50 -0300
  • >from: "Dip. Claudio Lozano" <clozano@diputados.gov.ar>
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DECLARACIÓN DEL DIPUTADO CLAUDIO LOZANO EN LA SESIÓN ESPECIAL

POR LA IMPUGNACIÓN DEL DIPLOMA DE LUIS PATTI

 

            Siempre pensé que Sigmund Freud había hecho aportes sustantivos al conocimiento. Pero nunca creí que iba a emerger con tanta claridad en este recinto como cuando la diputada del PRO, en un lapsus o en un fallido, en el marco de algo que para ella seguramente debe ser una situación traumática, habló, equivocándose, de ?falta de amnesia?.

Falta de amnesia quiere decir memoria. Por ello, quiero remarcar que una vez más esta Cámara se apresta a adoptar una decisión histórica, porque este pueblo tiene memoria.

Hablo de una decisión histórica porque según lo que decidamos estaremos más cerca o más lejos de los valores que debieran regir los destinos de la humanidad.

La noción de humanidad no es algo que nos venga dado, no es una concesión graciosa de la geografía, sino que se conquista afirmando una construcción social asentada en valores, y hoy estamos aquí para defenderlos.

Nuestra sociedad será más o menos vivible a partir de la decisión política que esta Cámara adopte. Hablo de la política entendida con mayúsculas y no solo bajo el prisma de la contienda electoral; política entendida como aquel plexo de valores sobre el que debe asentarse la convivencia y el funcionamiento de la sociedad.

Cada vez que se violenta la dignidad humana sobre la base de crímenes de lesa humanidad se vulnera la posibilidad de que exista en la sociedad un pacto básico que la estructure. Ninguna sociedad se puede validar si en ella hay individuos que tienen derecho a matar mientras otros deben aceptar la primacía de la impunidad y la muerte sobre sus cuerpos y sus sueños.

Este no es el Poder Judicial; no estamos desarrollando un juicio penal. Este es el poder que expresa la voluntad popular y estamos defendiendo la vigencia de valores básicos sobre los que debe edificarse el orden social e institucional. Ningún torturador debe legislar en la Argentina.

Por eso no comprendo aquellas argumentaciones que presentan  al Parlamento como dependiente del Poder Judicial, sosteniendo que como no hay condena en sede judicial nuestra actuación no corresponde.

Los artículos 64, 16 y 18 de nuestra Carta Magna y la primacía otorgada por el texto reformado en 1994 a los pactos internacionales en materia de derechos humanos otorgan competencia expresa y absoluta a este cuerpo para declarar la inhabilidad moral de quien fue parte del terrorismo de Estado y estuvo comprometido con el genocidio de la dictadura y su secuela de asesinatos, desaparición forzada de personas, robo de bebés y torturas.

Estamos hablando de alguien que no sólo fue parte activa de ese genocidio, tal como lo expresó con toda claridad un paladín de ese proceso, el entonces jefe de la Policía Bonaerense general Ramón Camps, al felicitar a Patti por su ?encomiable labor? en 1977.

No se trata sólo de alguien que participó de la represión genocida sino que, tal como lo han señalado diversos colegas, también ha reconocido en la etapa democrática que la policía sólo puede funcionar cometiendo delitos, entre ellos el de la tortura.

Esta facultad que la Constitución Nacional nos otorga como órgano máximo de la soberanía popular hay que ejercerla a pleno en la Argentina. No estamos en Suecia para hacer depender de las condenas del Poder Judicial, la puesta en marcha de un proceso que nos permita refundar el sistema político argentino. La vigencia del terrorismo de Estado no sólo implicaba la comisión de delitos de lesa humanidad sino que además, como se desarrollaban amparados por el aparato estatal, primero gozaban de impunidad y después tenían la capacidad de borrar huellas. Tanto es así, que el primer intento de ocultar pruebas, fue la eliminación de los cuerpos, como bien señalara la señora diputada Morandini.

Pero además, el actual Poder Judicial no obró en un contexto abstracto. ¿No sabemos qué Justicia tuvimos en los últimos treinta años? ¿No podemos darnos cuenta de por qué no hay pruebas? ¿No sabemos que el apriete sobre los jueces existió? ¿No sabemos que hubo interferencias políticas sobre el Poder Judicial? ¿No sabemos que existieron los llamados ?jueces de la servilleta?? ¿No sabemos lo que pasó en la Argentina? ¿De qué Justicia están hablando? ¿Qué pruebas pretenden en sede judicial?. El argumento que hace depender el ingreso del Comisario Patti de la existencia o no de sentencia en ?sede judicial?, es funcional al ingreso de un torturador al Parlamento Nacional, y cómplice de la impunidad que la Institución Judicial reprodujo, por diversas vías, durante las últimas tres décadas.  

Hoy nadie sensatamente en este recinto puede fingir que no sabe lo que está haciendo. Todos conocemos quién es Patti. No podrá argumentarse esta vez ?como se lo hizo en otros momentos históricos‑ que había que dejar de lado las convicciones porque no estaban dadas las condiciones políticas, que había presiones del poder militar o que había que bancarse leyes tan ?constitucionales? como las de obediencia debida y de punto final.

            Hoy debe quedar claro que esta sociedad ha construido las condiciones políticas para decir y hacer lo que se debe. En este sentido, de nada sirve alegar las incoherencias que puede exhibir el oficialismo en la materia (Ej.: muchos de los que votan para que Patti no ingrese, participaron con él en las últimas elecciones),  Eso no es lo que se está discutiendo. Estamos discutiendo lo que todo el pueblo argentino ha condenado y que hoy merece ser sancionado dejando fuera de esta Cámara a Luis Patti.

Otro argumento que suele utilizarse es que estamos violentando el ejercicio de la soberanía popular. Esto no es cierto, porque el PAUFE tendrá todas las bancas que le corresponden en este parlamento. No existe ningún desconocimiento respecto de la representación que logró; simplemente se cuestiona a una persona cuya conducta y compromiso con el genocidio hace imposible que ingrese a este recinto.

Quiero también que quede en claro lo siguiente: Patti no hizo campaña diciendo que hay que torturar; no hizo campaña llamando a bancar el golpe de Estado; no hizo campaña mostrando su pasado. Hizo campaña argumentando seguridad y trabajo, justo lo que su historia niega y jamás podrá garantizar.

Cuando escucho el argumento de que tenemos que proteger la institucionalidad y la Constitución defendiendo a un torturador, recuerdo aquel otro que decía que había que hacer un golpe para salvar las instituciones.

Lo sepan o no, por detrás de ese argumento habla Videla. Esta es la realidad. No se defiende la Constitución respaldando a un torturador.

Por esto, por los treinta mil desaparecidos que ya forman parte de la identidad popular, por estar comprometido con el movimiento de derechos humanos y ser parte de una central de trabajadores que siempre, aquí y en España, denunció el genocidio dictatorial diciendo que ese genocidio tuvo una direccionalidad que fue destruir la clase trabajadora argentina, los cuerpos de delegados, las comisiones internas y las comisiones directivas. Quiero, y voy a acompañar el dictamen de mayoría.

Y también lo hago por la sencilla razón de que el señor Patti, además de todo, lo que hasta aquí se ha expuesto, fue quien recorría Tigre y Escobar pidiendo la nómina de los delegados gremiales, de los activistas, de las comisiones internas y de las comisiones directivas, de los sindicatos. Y no voy a bancarme ni voy a colaborar para que un represor de los trabajadores transite por los pasillos de esta Cámara.

 

 

 


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