EL CULTO A LA VIOLENCIA

["GILBERTO" <gilmoramunoz@cantv.net>]

Gilberto Mora Muñoz

 

?EL CULTO A LA VIOLENCIA?

 

?El Gobierno debe tomar inmediatamente cartas en el asunto, si es que quiere realmente contener el auge delictivo y su ya lograda tecnificación, en salvaguarda de la existencia misma de la familia y de la sociedad?. Así editorializaba Equinoccio, órgano del Círculo de Escritores de Venezuela, en su edición número 17 enero-marzo de 1995.

?El Culto a la Violencia?, comienza: ?El país ya no soporta más el permanente y sistematizado culto a la violencia que se difunde por los medios de comunicación como si la libertad de expresión pudiera dar cabida a la enseñanza permanente del delito? Los noticiarios ya no son tales, sino partes de policía en los que sólo se reseñan crímenes, asaltos, robos, violaciones y demás hechos delictivos. Nada se muestra de una Venezuela que trabaja, que hace, que crea? Películas delictivas, noticiarios delictivos y, como si ello no bastara, telenovelas de bajos fondos, llenas de violencia, agresividad, gritos altisonantes en los que se exalta el delito, como alguno que se titula ?Archivo Criminal?, en los que parecen solazarse todos los detalles de la perversidad y el crimen?.

Pedro Díaz Seijas, José Ramón Medina, Francisco Salazar Martínez, entre otros, integraban el Consejo Consultivo de Equinoccio, dirigido por Marco Ramírez Murzi, a su vez presidente del Círculo de Escritores, en cuyo Consejo Directivo estaban Benito Raúl Losada, Luis Beltrán Mago, Gustavo Luis Carrera, José Luis Salcedo-Bastardo, Miguel García Mackle,  Helena Sassone, Luis G. Castillo Lara,  Arístides Parra.

En 1995, en años anteriores y posteriormente, el alto clero católico, amas de casa, asociaciones e individualidades han levantado su voz contra las perversiones televisivas. Héctor Mújica, en prólogo al libro de Margarita D? Amico, ?Lo Audiovisual en Expansión?, dice: El mensaje de los medios de comunicación colectiva en nuestro país, especialmente el de la TV, es un mensaje malo y pernicioso. Antonio Pasquali, en ?Comunicación y Cultura de Masas?, asienta: El uso epitáctico y exclusivamente mercantil de los grandes medios de información encabeza la lista de factores regresionistas que han impedido el normal desarrollo de un espíritu nacional-popular; y Monseñor Ocando Yamarte, en entrevista que en 1987 publica Milagros Socorro, en Babilonia, expresa: No es la iglesia que pone normas a la televisión, es ésta la que le impone a la iglesia sus normas.

Los testimonios precedentes y centenares como éstos, son oportunos a propósito de la no renovación de concesión a RCTV, incluyen argumentos, razones y hechos y ponen al descubierto inautenticidad e hipocresía de unos cuantos bribones y cretinos de la politiquería anexionista y colaboracionista.

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