PRINCIPIOS Y COYUNTURAS, por Jorge Gómez Barata

[Pedro Martínez Pírez <pmpirez@rhc.cu>]

Title: LA COYUNTURA

PRINCIPIOS Y COYUNTURAS

 

                                                               Jorge Gómez Barata

 

La actual coyuntura latinoamericana se caracteriza por la presencia de varias situaciones que demandan de los protagonistas el análisis sereno, la actuación madura y sobre todo, el diálogo. El hecho de que ninguna sea completamente endógena aumenta las complejidades.

Entre esos hechos se encuentra el desencuentro entre Argentina y Uruguay, por la construcción de dos plantas de celulosa en una localidad de la frontera común, formada por el río Uruguay y que no ha sido tratada por los canales de comunicación bilaterales, incluso multilaterales, recurriéndose a formulas anómalas y a un exagerado gasto retórico.

El hecho de que se impute a Uruguay no haber explicado a Argentina suficientemente las características del proyecto y ofrecido seguridades acerca de su viabilidad tecnológica y medioambiental y tomado nota de los defectos para corregirlos y que Argentina haya tolerado acciones extremas como el bloqueo de los puentes que comunican a ambos países, ha sobredimensionado el diferendo convirtiendo lo que pudo ser un debate técnico, en un contencioso político.

En el problema están presentes las posiciones asumidas por las transnacionales que manejaran y se beneficiaran con las discutidas plantas industriales. El hecho de que, en lugar de activar los mecanismos de arbitraje del MERCOSUR, se acuda al Tribunal de La Haya, la OEA, el Banco Mundial y más recientemente, a la Unión Europea, incorpora a terceros y añade innecesarias tensiones laterales.

Tampoco ayuda el hecho de que el diferendo haya estado vigente en ocasión de la visita del presidente Tabaré Vázquez a Washington y durante la celebración de la Cumbre UE - América Latina.

El debate entre Uruguay y Argentina se solapó con los intercambios originados por las acciones de algunos miembros de la Comunidad Andina de Naciones, que apartándose de los estatutos del acuerdo subregional, acordaron tratados de libre comercio con los Estados Unidos, hecho que motivó que Venezuela reconsiderara su presencia en la organización, suceso aprovechado con fines propagandísticos.

Recientemente algunas de las principales figuras políticas de la región han dedicado esfuerzos para facilitar la comprensión de la situación creada por la nacionalización de los hidrocarburos, decretada por el gobierno boliviano, que provocó reacciones precipitadas.

Afortunadamente, el presidente Hugo Chávez usó su capacidad de convocatoria para facilitar el dialogo de alto nivel y, en común con los mandatarios de Bolivia, Argentina y Brasil, fijaron las premisas para el dialogo acerca de los aspectos prácticos de la implementación en los plazo fijados por la ley boliviana. No obstante, existen fuerzas interesadas en enconar la situación y hacerla derivar hacía la incomprensión, que no se han desmovilizado. 

A la coyuntura general no es ajena la situación que se presenta en la frontera de México y los Estados Unidos, donde los planes estadounidenses de militarización añaden un elemento de fuerza e irracionalidad que puede evolucionar hacía situaciones aun más conflictivas. Nunca en ninguna parte, convertir a los militares en policías ha arrojado buenos resultados, todo lo contrario.   

Las maniobras militares norteamericanas en El Caribe y los empeños de la administración Bush por utilizar los acuerdos comerciales para desunir y enfrentar los países de la región, así como las amenazas contra Cuba y Venezuela, no por reiteradas dejan de ser un foco de tensión que es preciso mantener bajo observación.   

Pese a la complejidad de algunos asuntos, nunca antes la región estuvo tan preparada ni contó con un liderazgo más capaz para abordar y solucionar los problemas.

La tarea de todas las fuerzas progresistas de los respectivos países, los movimientos sociales y las organizaciones populares, así como las personalidades influyentes es la de promover los diálogos y los entendimientos para que los principios y la ética prevalezcan en el examen y la solución de los problemas coyunturales y en la búsqueda de lo mejor para los pueblos.