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Wikileaks: Venezuelan ambassador Freddy Balzan emails 2005-2008

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  • To: Freddy Balzán <freddyb1506@cantv.net>
  • Subject: Fw: Editoral de PF, Venezuela en Naciones Unidas
  • From: Pedro Martínez Pírez <pmpirez@rhc.cu>
  • Date: Thu, 5 Oct 2006 18:09:17 -0400

Title: Editoral de PF, Venezuela en Naciones Unidas
 
----- Original Message -----
Sent: Thursday, October 05, 2006 4:36 PM
Subject: Editoral de PF, Venezuela en Naciones Unidas



Adjunto texto del editorial y la portada de PF, referido a la votacion en Naciones Unidas.
Saludos

Manuel Cabieses
Director


www.puntofinal.cl
www.pf-memoriahistorica.org

(Editorial de Punto Final Nº 625, 5 de octubre, 2006)

David en la ONU



El 16 de octubre, la Asamblea General de las Naciones Unidas deberá elegir a los nuevos miembros no permanentes del Consejo de Seguridad. Por América Latina se confrontan las candidaturas de Venezuela y Guatemala, esta última apoyada resueltamente por Estados Unidos.
La presidenta de Chile, Michelle Bachelet -a quien corresponde constitucionalmente el manejo de las relaciones internacionales-, no ha anunciado hasta ahora la forma en que votará la delegación chilena. El mutismo presidencial ha contribuido a generar un debate político que no se corresponde con las prioridades que otros temas de significación social deberían tener en nuestro país. Esta circunstancia ha sido aprovechada a fondo por la derecha y un importante sector de la Concertación, que han presionado abiertamente para que Chile adopte la postura antivenezolana que Estados Unidos encabeza en el continente. La Democracia Cristiana, que controla la Cancillería, se ha destacado de manera bochornosa en una oscura operación destinada a bloquear el legítimo derecho de Venezuela a ocupar un cargo en el Consejo de Seguridad. No es la primera vez que la Democracia Cristiana chilena deja en evidencia su animosidad contra el gobierno de Caracas. Ya en abril de 2002, con motivo del fugaz golpe de Estado y arresto del presidente Hugo Chávez, el gobierno chileno -que presidía Ricardo Lagos- y su canciller, Soledad Alvear, actual presidenta de la DC, se pronunciaron en una forma tal que constituía un claro respaldo al golpismo del empresariado venezolano y de un grupo de altos oficiales. La declaración de la Cancillería chilena no pudo ser más explícita en favor del golpe. Lo mismo ocurrió en el Parlamento Latinoamericano, que expidió una declaración de respaldo al gobierno provisional que presidía el empresario Pedro Carmona. Esa declaración -para vergüenza suya- la suscribió el senador DC Jorge Pizarro en su calidad de secretario general del organismo. Por otra parte, son conocidas las actividades conspirativas de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA) en varios países de la región, como Cuba y, sobre todo, en Venezuela en el último tiempo. El partido socialcristiano Copei, de Venezuela, que compartió el poder durante 40 años con el socialdemócrata Acción Democrática, se encuentra prácticamente desaparecido. La ODCA, que hasta fines de este año preside el ex diputado chileno Gutenberg Martínez, esposo de la presidenta de la DC, viene haciendo inútiles esfuerzos por recrear en Venezuela una fuerza política de esa orientación. La historia de la ODCA muestra que ha tomado parte activa en las maniobras encubiertas que se orientan desde Washington para desestabilizar al gobierno del presidente Chávez, y frustrar el importante proceso de la Revolución Bolivariana que se desarrolla en Venezuela. El derechista partido de gobierno de México, el PAN, se está preparando para relevar a la DC chilena en la presidencia de la ODCA.
Lamentablemente en Chile se sumaron también a las maniobras antivenezolanas de la DC algunos dirigentes y parlamentarios de otros partidos de la Concertación, vinculados a tendencias socialdemócratas, con escaso peso político en Venezuela. A lo anterior hay que sumar el rol que en el debate sobre el voto chileno en las Naciones Unidas han jugado los medios de comunicación. Alineados en forma militante en contra de Venezuela y de su presidente, han atizado una campaña implacable que alcanzó algún éxito con la salida del embajador venezolano en Santiago, Víctor Delgado, que en forma imprudente cayó en la trampa que le montaron esos medios. Aunque el ex embajador puede ser criticado por falta de pericia diplomática, no puede ser acusado de mentir ni calumniar. Se limitó a recordar hechos históricos tales como el apoyo de la DC al golpe de Estado en Chile en 1973 y al frustrado golpe en Venezuela el 2002. En todo caso, este incidente fue neutralizado por las medidas que de inmediato tomó el gobierno de Caracas, entre ellas la designación de la doctora María Lourdes Urbaneja como nueva embajadora en Santiago. Se trata de un cuadro político experimentado, que fue ministra de Salud y que se desempeñaba como embajadora en Montevideo. A su vez, el embajador Delgado fue trasladado con igual cargo a Honduras.
La Organización de las Naciones Unidas sigue siendo el principal y más efectivo foro internacional existente. A pesar de sus insuficiencias, sobre todo en el Consejo de Seguridad donde impera la ley del más fuerte mediante el derecho a veto de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Rusia y China. La misión fundamental del organismo es la defensa y promoción de la paz. Para ello atiende especialmente la protección de los derechos humanos, la justicia internacional, como asimismo la ayuda a los países pobres, la defensa del medio ambiente, los instrumentos de protección de la salud, la cultura, la educación y otras áreas fundamentales.
Los países del Tercer Mundo, entre ellos Venezuela -como lo planteó el presidente Chávez en su discurso ante la Asamblea General- reclaman reformas en la institucionalidad de las Naciones Unidas, entre ellas aumentar las atribuciones del Secretario General y de los miembros no permanentes del Consejo de Seguridad.
En estos momentos, Naciones Unidas asume especial importancia, porque la comunidad internacional está amenazada por la política del gobierno norteamericano que reclama para sí el derecho a desatar ³guerras preventivas² en cualquier lugar del planeta. Como efecto de esas políticas, Afganistán e Iraq han sido invadidos y sus pueblos se desangran resistiendo la prepotencia imperial. Al amparo de esas políticas, el aliado privilegiado de Estados Unidos en el Medio Oriente, Israel, aún no termina de retirarse de El Líbano, país al que sometió a una inhumana agresión, y continúa martirizando al pueblo palestino.
La consolidación de Estados Unidos como superpotencia hegemónica, dotada de incontrarrestable poder militar, altera sustantivamente las relaciones entre los países. Conducido por el gobierno del presidente George Walker Bush, EE.UU. asume un rol imperial que impone al mundo su voluntad. América Latina en especial sufre cada vez con mayor intensidad esa presión. El presupuesto norteamericano incluye 1.400 millones de dólares para financiar campañas por la ³democracia² y los ³derechos humanos² a través de agencias, partidos políticos, sindicatos, organismos de fachada y medios de comunicación que inciden en forma franca o encubierta en los procesos políticos y electorales de nuestros países. Esa política intervencionista se manifiesta con particular fuerza en el caso de Venezuela. La Fundación Nacional para la Democracia (National Endowment for Democracy, NED), es la vía que canaliza importantes recursos económicos a grupos opositores al presidente Chávez, que el próximo 3 de diciembre postulará a la reelección enfrentando a otros 24 candidatos.
La agresiva política norteamericana es muy peligrosa para América Latina. Trata de imponer un sistema de libre comercio que sepultaría toda integración económica entre los países de la región y acentuaría su dependencia. Estados Unidos se ha involucrado en el conflicto colombiano y amenaza a países como Venezuela, Bolivia, Cuba y otros que defienden a brazo partido su soberanía y que necesitan la solidaridad de América Latina. También gobiernos obsecuentes con Estados Unidos, como el de México, son agredidos. En este caso, con el bofetón que constituye el muro de 1.200 kilómetros que Estados Unidos levanta en su frontera con México para impedir la inmigración ilegal.
A la vez, EE.UU. desafía al mundo dictando una legislación que le permite cometer crímenes políticos en cualquier parte. Y ahora, además, ha implantado cárceles secretas y tribunales militares para sospechosos de terrorismo, a los cuales está permitido torturar para arrancarles información.
Estados Unidos y el presidente Bush, por lo tanto, constituyen un peligro para la paz y en ese contexto es importante el rol que puede jugar el Consejo de Seguridad de la ONU. El enorme poder de Washington exige a la comunidad internacional crear algunos contrapesos y mecanismos de contención que frenen o moderen los excesos imperialistas. El Consejo de Seguridad de la ONU podría jugar ese papel e influir para modificar aquellas políticas que hoy amedrentan a la humanidad. Es indudable que para ello se necesita incorporar gobiernos independientes y críticos de la conducta norteamericana, como Venezuela. Su presencia en el Consejo constituiría una firme defensa de los intereses de América Latina y del Tercer Mundo. El gobierno venezolano tiene las credenciales democráticas necesarias para aspirar a ese cargo. Hay que recordar -sobre todo a sus críticos en Chile que parecen sufrir de amnesia política- que el presidente de Venezuela fue elegido en diciembre de 1998 con el 56,7% de los votos, que se le reeligió en julio de 2000 con el 60%, que ganó un plebiscito revocatorio en agosto de 2004 con 59% de la votación y que ha ganado otras cinco consultas populares, ninguna de las cuales ha sido objetada por los organismo internacionales que supervigilaron esos procesos.
Existen además entre Chile y Venezuela lazos históricos, de fraternidad, entendimiento y colaboración que deben ser fortalecidos. Votar por Venezuela sería también una señal poderosa de voluntad latinoamericanista de parte del gobierno chileno.
Esperamos que así sea.




PF





(Publicado en Punto Final Nº 625, 6 de octubre, 2006)

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