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Wikileaks: Venezuelan ambassador Freddy Balzan emails 2005-2008

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(Publicado en revista ³Punto Final² Nº 627, 3 de noviembre, 2006)

Servidumbre y VASALLAJE



Etienne de la Boétie, autor del Discurso de la servidumbre voluntaria, fue
amigo y compañero de ideales de Montaigne. La vida de La Boétie fue breve y
murió en 1563. Parte del Discurso fue publicado con otro nombre en 1574, en
Bâle, Suiza. Hoy, en la Biblioteca Nacional de Francia es posible leer una
nota manuscrita del censor real: ³sedicioso contra la monarquía².
Una idea recorre el Discurso: ¿Por qué los hombres y los pueblos aceptan
yugos? Se interroga acerca de cómo extirpar dicho mal; analiza y explica,
con una frase lapidaria: ³la servidumbre, la sumisión al amo, existe
únicamente porque es voluntaria². ¿Cómo es posible que los hombres puedan
abandonar su dignidad, renunciar a su inteligencia y aceptar convertirse en
vasallos?
Hoy, esta falta de dignidad y voluntaria servidumbre y vasallaje, se ha
expresado frente a Washington con ocasión de la vergonzosa abstención del
gobierno chileno en las votaciones para llenar el puesto de un miembro no
permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Sólo los que voluntariamente quieren continuar autoengañándose y viendo
rasgos de progresismo en el actual gobierno, podrán estar sorprendidos. La
falta de dignidad de las autoridades chilenas, que han llegado a justificar
dicho voto como la condición sine qua non para que la coalición en el poder
no se quiebre, manifiesta un calamitoso y pobre sentido de lo que es el
interés de Chile como Estado.
Los gobiernistas que propugnaban -dientes para afuera- el voto favorable a
Venezuela -como debería haber sido si se hubiese tenido una actitud
honorable y se hubiera mirado el interés de Chile- se han apresurado a
declarar que ³la política extranjera no debe ser un factor que nos divida en
el plano interno². Ni más ni menos. Esta nueva bajada de pantalones (o de
faldas, porque aún no está claro quien tomó la decisión) nos deja por el
suelo y tendrá consecuencias en las relaciones de nuestro país con sus
vecinos, acentuando el aislamiento de Chile en el continente.
Absteniéndose, el gobierno de Chile se ha inclinado una vez más ante
Washington.
Si bien los miembros no permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU no
tienen un papel decisivo, su existencia posibilita al menos que voces
discrepantes de Washington puedan expresarse en esa instancia. Bush no ve
con buenos ojos la presencia venezolana. Quiere gobiernos dóciles y desde
hace meses ha ejercido fuertes presiones y movilizado a cuanto yanacona
tenía a mano en el continente. En Chile encontró oídos receptivos en sus
vasallos naturales: la derecha y la DC. Pero también ha contado con el
servilismo y voluntaria servidumbre de próceres del PPD y del PS, que alguna
vez exhibieron ropajes algo más decentes.
Que el gobierno haya aceptado seguir las conminatorias instrucciones de
Washington dice a las claras al grado de indignidad al que ha arrastrado a
Chile. La antigua, pero lúcida voz de La Boétie, resuena con mayor fuerza:
³la servidumbre existe sólo porque ella es voluntaria².
Que la derecha, la DC, el PPD y parte del PS se hayan inclinado
voluntariamente ante el diktat del imperio, no es novedad. No vamos a
pedirle peras al olmo y reprocharles que obedezcan esas instrucciones. Lo
que sorprende es que las mujeres y hombres de honor no se rebelen con
vehemencia ante tamaña indignidad. Se trata de un hecho grave, al que
muchos, incluso entre los partidarios del voto por Venezuela, hoy quieren
bajarle el perfil.
Hasta el Partido Comunista ha sacado a carreritas una tímida y pusilánime
declaración de ³protesta², no yendo voluntariamente más allá en su condena
de un hecho que marcará un hito en la deriva proimperialista de la
Concertación. No queriendo malquistarse con los que considera claves para la
hipotética obtención de un par de diputadillos, la dirección del PC se
empantana en el fango socialdemócrata, al tratar de apuntalar y acudir en
ayuda de la nueva derecha representada por la Concertación.
No se pueden interpretar de otra manera los numerosos salvavidas lanzados al
gobierno y al PS. En ese sentido, las manifestaciones por la reforma del
sistema electoral son un volador de luces destinado a bajarle el perfil al
ignominioso acto cometido por el gobierno concertacionista.
La revolución cubana triunfó en 1959 y el PC de Chile tardó en considerar
que se había producido una revolución. Los comunistas cubanos no habían
jugado un papel protagónico ni de vanguardia, es decir no ³cortaban el
queso², lo que transformaba a los barbudos en sujetos más que sospechosos.
Es por ello que en nuestros días, el retraso con que la dirección del PC
comenzó a valorar el proceso encabezado por el presidente Chávez en
Venezuela no debe sorprender, aunque algunos comunistas como el que escribe,
pudieran haber abrigado la ilusión de que era simplemente uno de los tantos
³olvidos² achacables a la humana ceguera y a un avezado cretinismo.
Los que continúan de manera abierta o soterrada predicando el
colaboracionismo con la nueva derecha, en función de una hipotética reforma
electoral -que esconde inconfesables apetitos personales-, tendrán que
rendir cuentas ante sus militantes por la prosecución de esta experiencia
colaboracionista que en algunos países europeos ya ha demostrado su fracaso. El voluntario yanaconismo de La Moneda echa por tierra cualquier posibilidad
de entendimiento con supuestos ³sectores progresistas² gobiernistas,
consolida la derechización del gobierno y no presagia nada bueno para el
futuro de Chile en tanto nación soberana. Las malversaciones detectadas en
Chiledeportes, que involucran a concertacionistas de todos los pelajes,
acentúa más en el exterior esta imagen de republiqueta bananera.
No es sorprendente que Frei Ruiz-Tagle -quien firmó el leonino tratado
bilateral con Menem entregando a la voracidad de las transnacionales
mineras, como Barrick Gold, la frontera chileno-argentina-, salga hoy en
defensa del gobierno. Antes, ejerciendo como ejecutivo de Sigdo Koppers,
acudió presuroso, en 1973, a postrarse ante los generales facciosos para
entregarles su solidaridad además de algunas joyas para la tarea de
³reconstrucción nacional² emprendida por Pinochet y sus secuaces.
Hoy es de la máxima importancia impedir que se consume la colaboración con
la nueva derecha, como sueñan algunos. El eje central, para emplear términos
caros a la ortodoxia tradicional, está dado entre los que se oponen a los
designios imperiales y aquellos que les sirven de peones internos, colaboran
o justifican con argumentos baladíes el oprobio que se ha lanzado sobre
nuestro país.
Discrepamos entonces -Punto Final comprendido- con los que lamentan que la
abstención de Chile en la ONU haya llegado a ser un asunto central de la
política interna. La campaña contra Venezuela llevada a cabo por EE.UU. no
es un asunto menor. Su política hemisférica trata de recuperar el terreno
perdido desde que Venezuela abriera un forado en su patio trasero. El
posicionamiento frente al imperio reviste en nuestros días una importancia
decisiva. La servidumbre de La Moneda, compromete nuestra dignidad e
independencia.
³El amo ejerce el poder sobre nosotros gracias a nosotros², escribió La
Boétie en su Discurso. Acostumbrados a la domesticidad voluntaria, Foxley,
la DC, el PPD y algunos socialistas, adoptan en los momentos de definición
la posición deseada por el amo

PACO PEÑA
En París


(Publicado en revista ³Punto Final² Nº 627, 3 de noviembre, 2006)


(Carta publicada en PF Nº 627, 3 de noviembre, 2006)

LA VOTACION DE CHILE EN LA ONU

Querido director:
Excelente el editorial de PF Nº 626. Efectivamente, Chile, como nación
soberana, queda mal parada en la escena internacional. Como lo ha planteado
el gobierno venezolano, el veto hegemónico que ejerce EE.UU. en el Consejo
de Seguridad, sin que las grandes potencias restantes lo enfrenten, se
pretende extender ahora al conjunto de la Asamblea General. Chile ha cedido
a tal aberración. Es lamentable para un país que ha derramado ³sangre, sudor
y lágrimas² por su democracia tener que aceptar ahora la dictadura en la
ONU, pues no otra cosa es lo que allí está en juego. Hasta ahora, el imperio
impuso lo que considera sus intereses y principios, pero las cosas, como lo
están mostrando los hechos, han cambiado y siguen cambiando en el mundo.
Pese a las grotescas presiones que sus máximas autoridades han ejercido
descarada y abiertamente sobre los demás países, un número muy importante ha
resistido. Todo indica que seguirán resistiendo.
En nuestro caso, partimos de una posición de principios: si estamos hablando
de democracia, el emblema de este postulado debe ser la ONU, donde, además,
se deciden asuntos vitales no sólo para países individuales sino para la
humanidad entera.
Desde luego que, en lo interno, la decisión de la presidenta Bachelet
refleja una debilidad que debe afectarla desde todo punto de vista. ¡Ella,
que sabe lo que es la dictadura, verse forzada a voltear la cara cuando se
decide resistir o no a un acto dictatorial! Eso no es cualquier cosa para un
ser humano sensible y pensante.
Pero, como observador, creo que hay algo más profundo en este asunto: es el
propio estado de conciencia y de organización en el seno de la sociedad
chilena de hoy. No creo que el pueblo, conscientemente, apoye estas cosas.
Como aquí vivimos largos años de dictaduras alternadas con apariencias
democráticas, sabemos bien cómo ³se bate el cobre². En Chile los resultados
electorales han reflejado un claro dominio de la derecha pues, en última
instancia, la Concertación es -y ha sido- una alianza hegemonizada por la
derecha, no importa que los presidentes formen parte de un partido que se
define como socialista. De allí la enorme tarea de construir, literalmente,
piedra a piedra, una vanguardia que rescate la riquísima tradición de las
luchas del pueblo y de los revolucionarios chilenos, muchas veces ejemplo
para América Latina. En verdad que, para cualquier revolucionario, esto debe
convertirse en una razón de ser y en una pasión.
Los pueblos de este continente están despertando, pese a la brutal ofensiva
que combina todos los recursos para imponer una forma de pensar, de actuar y
de vivir. El mundo se mueve. América se mueve. ¡Los EE.UU., se están
moviendo! Ya el imperio no es lo que fue. Como todo imperio, en la historia
es un fenómeno transitorio, aunque como el romano, dure siglos. Esta vez,
por condiciones históricas, no será de tan larga existencia. Está acusando
crecientes debilidades. Las más importantes, es mi opinión, en su propio
seno. Ya el Tercer Mundo no le es algo externo. Hay un Tercer Mundo en su
propia entraña que se remueve, protesta, se organiza y crece. Si se mira la
tasa de natalidad de los latinos y de los pobres en EE.UU. se verá hacia
dónde van las cosas, si es que los problemas demográficos siguen teniendo
algún peso en nuestros días, como siempre lo han tenido.
Recibe un fuerte abrazo. Espero que nos veamos en cualquier parte del mundo
y que sea pronto, para hablar de todas estas cosas. Con mi afecto,
S.B.E.
Caracas, Venezuela.


(Carta publicada en PF Nº 627, 3 de noviembre, 2006)

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