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Wikileaks: Venezuelan ambassador Freddy Balzan emails 2005-2008

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  • Subject: EL ULTIMO CARTUCHO DE LA ULTRA DERECHA, PARA INFLUIR EN LA VOTACION POR VENEZUELA..LA CIA EN ACCION...TOCAR EL NACIONALISMO
  • From: Víctor Delgado <victordelgado17@hotmail.com>
  • Date: Sun, 08 Oct 2006 17:51:57 +0000
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NOTA...EL DIARIO EL MERCURIO, FUE EL MEDIO DE LA CIA, PARA DESESTABILIZAR AL GOBIERNO DE ALLENDE..HOY ES JUNTO A LA TERCERA,LAS CLOACAS QUE DIARIAMENTE VIERTEN SU VENENO,EN CONTRA DEL PROCESO BOLIVARIANO...ESTE ARTICULO BUSCA ALIMENTAR EN EL CHILENO, SU NACIONALISMO POR LAS DIFERENCIAS CON EL HERMANO PUEBLO DE BOLIVIA..ESTO ESTA MUY BIEN PREPARADO POR LOS LABORATORIOS DE GUERRA SUCIA, MADE IN USA Y QUE ENCUENTRAN A PERIODISTAS TARIFADOS Y A DUEÑOS DE PERIODICOS LACAYOS DEL IMPERIO..
POR FAVOR USE UN TAPA BOCA, ANTES DE LEER ESTE ARTICULO

Domingo 8 de octubre de 2006

Detalles de la polémica asistencia que el venezolano está entregando a las FF.AA. bolivianas:
La alianza militar Chávez-Evo que complica a Chile

Sergio Espinosa, Andrea Sierra


El amplio margen de maniobra que le entrega el acuerdo a Venezuela es denunciado por sus detractores como una clara intromisión de Chávez en asuntos internos del país altiplánico.
Foto:EFE





El 26 de mayo, los gobernantes de Venezuela y Bolivia firmaron un amplio y ambiguo acuerdo para construir más de 20 bases militares en la frontera que Bolivia comparte con cinco países, entre ellos, Chile. El pacto ha causado alarma en Perú y Paraguay, y el Congreso citó para el martes a Foxley y a Blanlot para analizar cómo afectará a nuestro país.

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Lea el documento sobre el acuerdo militar entre Venezuela y Bolivia

SERGIO ESPINOSA y ANDREA SIERRA

A más de 4 mil metros sobre el nivel del mar, en medio de un ambiente agreste donde la temperatura puede llegar hasta 25 grados bajo cero en la noche y la vegetación es casi inexistente, el río Silala fluye silenciosamente desde el territorio boliviano hacia Chile, donde se junta con las aguas del río San Pedro y luego desembocan en el río Loa. Las condiciones extremas que reinan en la zona se han encargado históricamente de ahuyentar con rapidez a los pocos que se aventuran a pasar por ahí. Pero en el último tiempo las cosas han comenzado a cambiar.

Ahí, cerca del afluente cuyas aguas se han disputado Chile y Bolivia por más de un siglo, se levanta la única construcción en cientos de kilómetros a la redonda. Un puesto militar cuya construcción fue anunciada el 27 de agosto pasado por el propio Presidente de Bolivia, Evo Morales, y que albergará a una treintena de efectivos del Ejército. Una decisión que, en palabras del propio mandatario, busca "asentar la soberanía boliviana en la zona del Silala" y cuya construcción ya está prácticamente terminada.

Aunque las características del lugar no permiten albergar una unidad mayor -por los problemas de abastecimiento y conectividad que presenta- y el mes pasado La Moneda declaró que no opinaba sobre lo que Bolivia hiciera dentro de sus fronteras, el hecho no ha resultado indiferente para otros sectores.

Entre otras razones, porque es una pieza más de un complejo tablero de ajedrez en el que -afirman en círculos de inteligencia- Morales no está jugando solo. Detrás está la mano del Presidente venezolano Hugo Chávez. Y la jugada puede tener consecuencias en Chile.

Palacio cableado

El 22 de enero pasado, Palacio Quemado se preparaba para recibir al primer indígena que asumía la Presidencia de Bolivia. Pero horas antes de que ingresara el recién investido Morales, la sede del Ejecutivo tuvo otra visita inédita. Personal de seguridad del gobierno venezolano inspeccionó exhaustivamente las dependencias del centenario edificio para asegurar que éste estuviera "limpio" de micrófonos o cualquier otra amenaza a la integridad del novel gobernante.

Una orden que había dado Morales, siguiendo la recomendación del propio Chávez, y que anticipaba la fuerte influencia que este último comenzaría a ejercer en la nueva administración.

El más claro ejemplo de esa alianza se oficializaría cuatro meses después, cuando el 26 de mayo los dos presidentes firmaron un acuerdo de seguridad y defensa que -pese a las críticas de la oposición y la preocupación de los países vecinos- contempla explícitamente la construcción de dos bases militares, pero la intención de Morales es llegar a un total de 24 a lo largo de los 6.918 kilómetros de línea fronteriza que Bolivia comparte con Perú, Brasil, Paraguay, Argentina y Chile.

El plan responde a la necesidad boliviana de revertir la vulnerabilidad que, por falta de recursos y escasa población en las fronteras, presenta el país para evitar la "invasión pacífica" de ciudadanos de países fronterizos, así como el contrabando de sus recursos naturales.

El documento, que no ha sido entregado ni siquiera a la prensa boliviana, es revelado en exclusiva por "El Mercurio" (ver nota secundaria). Aunque Venezuela anunció que la próxima semana detallará cómo y cuánto dinero destinarára para financiar las obras y equipamiento de las unidades castrenses, en La Paz calculan que el costo de las dos primeras bases será de 49,2 millones de dólares.

Pero hay otros aspectos más delicados. También considera el repotenciamiento del material bélico antiguo de las Fuerzas Armadas bolivianas, el mantenimiento de maquinaria pesada del Ejército y, más aun, el ingreso de tropas venezolanas a territorio boliviano para "gestión de crisis" y "desarme y control de armas".

El amplio margen de "cooperación" que incluye el pacto se ha convertido en el argumento concreto con el que los detractores de la influencia chavista en el gobierno altiplánico están denunciando el intervencionismo de ese gobernante en los asuntos internos de Bolivia.

"Este convenio es inquietante y riesgoso para la unidad nacional. Está redactado de una manera tan abstracta y general, que puede merecer diversas interpretaciones. Desde un acuerdo burocrático hasta la posibilidad de intervención militar directa de cualquiera de las partes en el territorio del otro", critica el senador del opositor Poder Democrático Social (Podemos) Carlos Bohrt, quien hace una semana solicitó al Congreso revisar el acuerdo firmado entre ambos países.

Esa misma ambigüedad que ha rodeado su contenido alimentó la controversia generada en algunas naciones vecinas.

Los vecinos gritan

Al contrario de Chile, Paraguay reaccionó airadamente apenas trascendió el acuerdo entre Caracas y La Paz, luego que Morales anunció que las dos primeras bases se construirán en el río Paraguay y en la frontera con Brasil. Desde artículos de prensa a editoriales y columnas de opinión, la prensa guaraní está denunciando que "Bolivia se prepara para atacar al Paraguay".

El propio gobierno de Nicanor Duarte ha respaldado esta inquietud. Hace unas semanas, el canciller paraguayo, Rubén Ramírez, dijo que Asunción "observa atentamente" los emprendimientos militares de su vecino.

La misma preocupación ha expresado Perú. "Es una cooperación absolutamente atípica. Siempre el apoyo entre países se ha limitado a cooperación alimentaria, humanitaria o en asuntos absolutamente productivos, pero nunca en la construcción de bases militares para ser colocadas en fronteras. Es una injerencia sorprendente por parte de Venezuela, que lo financia, y de Bolivia, que lo acepta", afirma Luis González Posada, presidente de la Comisión de Defensa Nacional del Congreso peruano y ex canciller del primer gobierno de Alan García.

El parlamentario sostiene que el eje Caracas-La Paz está creando tensiones en la relación entre Perú y Bolivia. "La información que tengo registrada es que las bases estarían en las fronteras de Chile y Brasil y con este acuerdo Venezuela puede interferir en asuntos internos (...) por eso he solicitado que Perú pida información oficial a la cancillería boliviana y lo mismo debería hacer Chile", agrega.

Calmando las aguas

Aunque en La Paz el ministro de Defensa, Walker San Miguel, ha intentado apaciguar los ánimos, asegurando que las bases militares que se construirán no serán venezolanas, en el Congreso boliviano reconocen que Chávez no sólo financiará las unidades militares, sino que serán efectivos de las FF.AA. venezolanas quienes las construirán.

Las dudas de la oposición boliviana han aumentado con el correr de las semanas. "El convenio pasó recién para su aprobación al Senado de la República en septiembre, pese a que fue aprobado en la Cámara de Diputados en julio, pero no hemos podido establecer muy bien cómo pasó eso, porque en ese momento estaba en receso", dice Bohrt respecto de la extraña tramitación legislativa del acuerdo.

Una fuente de la inteligencia chilena -que sólo aceptó hablar en off the record- reconoce que para nuestro país el hecho tampoco debería ser subvalorado por las autoridades políticas.

"Por lo pronto, tenemos constatada la presencia de muchos asesores venezolanos en Bolivia, y el hecho de que Chávez les esté entregando armas a los bolivianos es una amenaza para Chile, porque nadie cree que la ayuda que está entregando sea sólo con fines humanitarios", confirma la misma fuente, que está vinculada directamente al tema.

Chile entra al ruedo

La advertencia está siendo internalizada en algunos sectores. En el Congreso han comenzado a preocuparse por el asunto y la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara citó para el martes 10 al canciller Alejandro Foxley y a la ministra de Defensa, Vivian Blanlot. Según el diputado UDI y miembro de ésta Iván Moreira, el objetivo será analizar la difusa asistencia financiera de Venezuela a las FF.AA. bolivianas, así como de qué manera este escenario puede complicar un eventual voto de Chile favorable a ese país para convertirse en miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU.

El miércoles 4, el propio Foxley declaró que el voto chileno debía tomar en consideración "la buena convivencia entre los pueblos y la no intervención en asuntos de otros países".

Sus palabras -añadiendo que éstos eran "criterios objetivos en los cuales nos parece que América Latina debería tener una voz que nos represente a todos"- fueron interpretadas como un último esfuerzo por advertir las razones por las cuales un respaldo a Caracas entraría en total contradicción con esos principios. Pero al día siguiente echó marcha atrás recordando que la decisión final la tomará la Presidenta Bachelet y que deberá ser acatada por todos los sectores.

Con todo, en la comisión se entregarán los argumentos por los cuales preocupa la gravitación que está teniendo el venezolano en el corazón de Sudamérica. "La situación interna de Bolivia es muy inestable y obviamente Chávez quiere asegurarse de que Morales se mantenga en el poder", opina un experto en inteligencia.

Por lo pronto, tres departamentos de la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI), y la Dirección de Inteligencia de Defensa (DID), se encuentran analizando los alcances de la alianza entre ambos gobernantes. Allí, el tema del Silala ocupa un lugar importante. "Si siempre hemos tenido roces con Bolivia por el uso de esas aguas, el que ahora haya allí un puesto militar y efectivos circulando por la zona hará que cualquier conflicto que surja en el futuro será más delicado", concluye.

Lea el documento completo en www.emol.com

Muelle y fuerte militar requerirán US$ 47 millones

Las platas del pacto

Poner en marcha dos de los grandes hitos del acuerdo militar que sellaron Venezuela y Bolivia costará más de US$ 47 millones.

Y si bien aún no está claro quién lo financiará, lo que sí está definido es que construir el terminal marítimo Puerto Quijaro demandará US$ 25,5 millones, según informó el viceministro de Defensa de Bolivia, Orlando Paniagua, a un medio local.

El puerto acortará la salida de Bolivia al mar por el Río de la Plata, de 1.600 kilómetros a 720 kilómetros, a la vez que contará con muelles para granos de soya, aceite, crudo, harina de soya y otros.

El fuerte militar El Prado requerirá US$ 22 millones. Su objetivo es "sentar mayor presencia militar en la frontera con Brasil, además de contar con personal disponible frente a desastres naturales, como inundaciones o incendios forestales", dijo Paniagua. El enclave militar será de 1.025 hectáreas y podrá albergar a 2.500 miembros de las Fuerzas Armadas, además de 350 civiles y administrativos.

Petrodólares a Bolivia:

El padrino de "Evo"

En los primeros días de junio llegaron desde Caracas a La Paz dos helicópteros Super Puma que envió el Presidente Chávez para "apoyar a la aviación boliviana", los que están siendo usados preferentemente para el transporte personal de Morales en sus viajes por el país.

Pero la ayuda entre ambos países va bastante más allá de eso.

El mandatario venezolano ofreció a Bolivia un crédito de hasta US$ 100 millones por medio de la compra de bonos de la nación boliviana para que el Presidente Morales tenga recursos suficientes para ejecutar su plan de gobierno, evitando caer en un déficit fiscal.

También se comprometió con la meta de aumentar a US$ 21.000 millones -en un plazo de cinco años- las inversiones para echar a andar el mercado energético que Morales estatizó, provocando la paralización total de las inversiones que empresas extranjeras efectuaban en ese rubro. Los recursos se destinarán a construir nuevas plantas de hidrocarburos, petroquímicas y otras.

En los 10 meses que lleva cumplidos el gobierno del ex líder aymara, Venezuela ya entregó otros US$ 137 millones para desarrollar el área energética, de los cuales US$ 37 millones fueron una donación directa desde Caracas.

Asimismo, en la nación petrolera confirman que Hugo Chávez puso en marcha otros dos programas sociales en Bolivia, que cargó a su cuenta. La "Misión Robinson", que busca mejorar las magras cifras de analfabetismo, y el plan de salud "Barrio Adentro", que crea una red de centros ambulatorios de atención primaria en las zonas más aisladas de Bolivia.

En el área de defensa, en tanto, los anuncios no paran.

Venezuela gastó recientemente US$3.000 millones para adquirir en Rusia 24 aviones caza Sukhoi Su-30, 53 helicópteros y unos 100 mil fusiles Kalashnikov, de los cuales una parte irá a Bolivia.

Esto generó la preocupación de Estados Unidos, que a través de su secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, sostuvo: "Ciertamente estoy preocupado porque no puedo imaginar qué pasará con esos fusiles. ¿Para qué los quiere Venezuela?"

La oposición boliviana en el Congreso no se ha dejado impresionar por estos gestos. El 21 de mayo pasado, el diputado del PODEMOS, Roger Pinto, denunció que un mes antes un avión venezolano aterrizó en La Paz, pese a no estar registrado legalmente, por la presión del Ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana.

También se criticó que el gobierno autorizara el ingreso de 64 militares venezolanos armados para custodiar a Chávez durante una visita que realizó al país en mayo.

El 19 de junio, el senador del PODEMOS, Óscar Ortiz, informó el ingreso de aviones de Venezuela y Cuba a Bolivia en condiciones irregulares, la mayoría de ellos de la Fuerza Aérea Venezolana y de la petrolera estatal PDVSA.

Declaraciones:

Réplicas de un anuncio

"Si alguna fuerza, interna o externa, ataca al gobierno de Bolivia, Venezuela no permanecerá de brazos cruzados, como tampoco lo haría con Cuba".

Presidente de Venezuela, Hugo Chávez.

"Bolivia tiene un plan para construir 24 bases más, muchas de ellas ubicadas cerca de la frontera caliente, es decir, la triple frontera (con Paraguay y Brasil)".

Presidente de Bolivia, Evo Morales.

"El convenio militar firmado entre Bolivia y Venezuela no viola nuestra soberanía nacional".

Ministro de Defensa boliviano, Walter San Miguel.

"La ayuda militar a Bolivia no altera el balance de armamento en la región. Estamos dispuestos a ayudar a ese país hermano a que mejore las condiciones de vida de sus ciudadanos. Hemos enviado maquinaria para hacer caminos y unidades de ayuda humanitaria".

Ministro de Defensa de Venezuela, Raúl Baduel.

"Paraguay le otorga especial atención al acuerdo complementario básico de cooperación técnica en materia de defensa suscrito entre los gobiernos de Bolivia y Venezuela (...) El país continuará realizando un seguimiento cuidadoso del tema a fin de salvaguardar intereses nacionales".

Ministro de Relaciones Exteriores de Paraguay, Rubén Ramírez Lezcano.

"La instalación de bases militares es una decisión soberana de cada país, pero creo que deben explicar muy bien para qué sirve".

Embajador de Estados Unidos en Paraguay, James Cason.

"Bolivia tuvo mar y yo sueño con bañarme en una playa boliviana".

Presidente Hugo Chávez.












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